¿Si sabemos qué fue ETA? Sí, pero mucha gente de nuestra edad no tiene ni idea ni le interesa, está a otras cosas. En el colegio nunca nos explicaron qué significaban esas siglas ni las consecuencias de tantos años de asesinatos», confiesa Janire. Ander le mira y subraya que él sí ha vivido de cerca episodios que tienen que ver con más de cuatro décadas de terrorismo: «Soy de un pueblo pequeño, donde todos nos conocemos y sabemos que el padre de un colega ha estado en la cárcel o que al tío de otro le han acercado a una prisión vasca». Janire y Ander son, junto a otros seis compañeros de estudios universitarios, los protagonistas de estas páginas.
La cita tiene lugar en su zona de confort, un aula enorme, clara y diáfana en el campus donostiarra de la Universidad de Deusto. Tienen entre 21 y 24 años; seis de ellos estudian los grados de Trabajo Social y el doble de Educación y Trabajo Social, y dos están inmersos en sus doctorados. Llegan nerviosos. Janire rompe el hielo. En su familia y con sus padres sí ha hablado de la violencia de ETA. Es de un pueblo pequeño, de Itziar, y allí, asegura, «es más fácil conocer casos cercanos como comenta Ander».
Los ocho saben qué ha significado convivir con el terrorismo. Y lo saben porque alguna vez escucharon algo en casa o en el instituto. Incluso lo han hablado con los amigos, aunque poco. No es de sus temas preferidos. Lo que no sabían es que el miércoles se cumplen diez años del final de ETA.
El conflicto y el relato
El debate entre los jóvenes pone de relieve lo difícil que es articular un único relato sobre el pasado o 'el conflicto' y también la necesidad de que los centros educativos vascos aborden el pasado de terror y las consecuencias de la actividad terrorista de ETA. Mayi hace hincapié en que la realidad es compleja. «Aquí ha habido la violencia que han sufrido las víctimas de ETA, por supuesto, y la que provocó el GAL», añade. En este momento, Asier introduce en el debate el tema de los 'ongi etorris'. Y a la pregunta de por qué los recibimientos a presos se hacen en el espacio público y no en el privado para evitar el sufrimiento de las víctimas, June responde tajante: «No creo que la intención sea homenajear a una persona que ha asesinado a otras...». «Pero así estás legitimando el daño que ha causado, estás dando apoyo público a un terrorista», le replica Antón.
–¿Sabéis quién fue Miguel Ángel Blanco?
–Sí claro. Creo que con ese asesinato ETA perdió mucho respaldo social. Y es verdad que, desde ese momento, la gente se atrevió a hablar más, algo que antes no se hacía porque había mucho miedo. La gente optaba por el silencio (comenta Antón).
Carar a cara entre Rodríguez Zapatero y Eguiguren
Ellos no habían nacido, pero saben quién es el concejal del PP de Ermua, secuestrado y asesinado por ETA, y el punto de inflexión que supuso en la sociedad vasca y española cuando miles y miles de personas se echaron a la calle para repudiar aquel brutal crimen. Confiesan que conocen los nombres de otras víctimas de ETA como el de Gregorio Ordóñez. Algunos, como Asier, fueron al Palacio de Miramar a ver la exposición sobre el concejal del PP de San Sebastián. También conocen el nombre de Maixabel Lasa. Varios han visto la película sobre el encuentro entre la viuda de Juan Mari Jáuregui y sus asesinos. «A mí me conmovió, me emocionó», confiesa Janire. Otros, como Asier, cuentan que han leído el libro 'Patria': «Creo que no se muestra de verdad todo lo que pasó porque no todo es blanco y negro... hay una amplia escala de grises». Mayi vio la serie sobre la novela de Fernando Aramburu y también le impresionó.
En el momento de poner sobre la mesa el tema del perdón surgen algunas discrepancias. Asier considera que el perdón es algo positivo, pero echa de menos «el perdón por las torturas». Mayi sostiene que lo que más le llegó de la película 'Maixabel' es que pone en valor «la labor de la mediación para que los terroristas puedan pedir perdón a las víctimas». Antón, por su parte, entiende que «muchas víctimas no quieran tener ninguna relación con sus verdugos, ni quieran su perdón. Bastante sufrimiento han tenido ya».
Al abordar esta cuestión, los siete coinciden con Antón en que «antes de hablar del perdón es importante el reconocimiento del daño causado y también el reconocimiento del otro». June habla ahora del relato, de los distintos relatos que se deben compartir para que las siguientes generaciones sepan lo que ocurrió en Euskadi: «Es un tema muy difícil y creo que muchos jóvenes no saben nada de todo esto. Es algo muy complicado... Algo que deberían enseñar en las escuelas».
A juicio de June, influye lo que cada uno haya vivido en su casa, con su gente. «La realidad es que hay familias que han sufrido muchísimo, han tenido que padecer un dolor inmenso. ¿Y para qué ha servido? Para nada». Mayi insiste en que «precisamente por eso es tan importante el proceso del perdón entre los que han sufrido». Lo que todos suscriben, sin excepción, es que los años de terrorismo no han servido para nada, solamente para causar dolor y mucho sufrimiento. No obstante, no tienen del todo claro por qué y cómo fue el final ETA. «Dejaron de matar porque, tras reflexionar se dieron cuenta de que ya no tenía sentido», destacan Ander y Asier. Sin embargo, Iñigo y Antón, por su parte, sostienen que ETA «fue también derrotada política y policialmente».
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